Reconocer los sentimientos que nos llenan el alma y el cuerpo en los días consecutivos a la separación, pienso que ayuda a sobrellevar las frustraciones que conlleva la ruptura.

Ese mal sabor ante el fracaso, la fragilidad del alma cada segundo que pasa, ver pasar las horas y no vivirlas, el querer dar el siguiente paso sin saber si es muy pronto?, si es seguro?, a donde nos va a llevar?, como lo vamos a dar?.

Cada mañana mirar el techo sin querer levantarse y gravitar en la tierra pensando si se tomo o no la decisión correcta, si se hizo todo por la relación, que tan culpables somos, quien dio menos, quien mas, si no hubiese hecho esto o aquello, si hubiese hecho mejor esto; en fin tantas incertidumbres, tantos desaciertos, tantas desilusiones, que a veces duele el respirar.

No es el dolor del enamorado, ni del que ama y lo dejan, para mi al menos fue el dolor y la rabia por el sentimiento burlado, el latente y continuo sentimiento de fracaso, ante la vida, ante los hijos, ante los amigos………. y sobre todo ante uno mismo.

Dolor de perder……… tiempo, sentimientos, oportunidades, metas desechadas por buscar lo mejor para…… sueños olvidados……… y porque no la vida misma al ir pasando los años de juventud y mirar a tras y ver que solo quedan de mas de una década de matrimonio, dolor, olvido, deudas y malos entendidos.

No todo es malo, no también quedan los hijos, los buenos momentos recuerdos felices de un pasado que como pasado se debe dejar a tras…….. en fin.

Yo no se si hice mal o bien pero para pasar el trago amargo mas rápidamente me aferre a los malos momentos, los malos recuerdos, las épocas de crisis, de insatisfacción, las peleas y así logre a mi manera creo, pasar al siguiente nivel.

Ya para mi un mas saludable, sanando poco a poco la herida y volví a sentirme bien conmigo misma, a sentirme feliz con mi nuevo status de mujer separada con toda dignidad.